Según la Superintendencia de Vigilancia Privada, en Colombia existen 856 empresas de seguridad privada que dan trabajado a más de 297.000 vigilantes y 28.000 escoltas. Las compañías que mueven esta industria mueven un negocio de más de 6.7 billones de dólares, donde el 1,6% es aportado al producto interno bruto colombiano.
A pesar de los billones de dólares que se mueven en este negocio, las garantías laborales de sus trabajadores son perversas. Sobrecarga laboral, jornadas laborales de 12 horas, bajos salarios, entre otros, son algunos de los problemas que deben enfrentar los trabajadores del sector.
El Ingeniero Rodolfo Hernández propone un contrato social con todos los vigilantes de Colombia, con el propósito de mejorar las garantías laborales y salariales de cada uno de ellos. En su plan ofrece promover la creación de cooperativas en las que sus propietarios sean los mismos vigilantes, las cuales se financiarán, inicialmente, gracias a un crédito otorgado por la Caja Agraria que servirá para la adquisición de armamento y materiales necesarios para comenzar las actividades de cada una de ellas.
La creación de las cooperativas busca garantizar mejoras en las condiciones laborales y salariales. Así mismo, plantea que en asamblea se reglamente el porcentaje de los recursos de la empresa que se emplearían en capacitación, uniformes, armamento, kit de seguridad personal y moderno equipamiento de trabajo, y sugiere el establecimiento del porcentaje de las utilidades que deben destinarse para todos los vigilantes que componen la cooperativa de seguridad.
En su discurso, Rodolfo Hernández promueve un Estado al servicio de los que trabajan y producen, y no de aquellos que han acabado con el patrimonio de los colombianos durante más de 30 años.
Octubre de 2021
